Estos son los meses del año en los cuales más se muestran las manos. A penas las tapamos, lejos quedaron los guantes, y enfundarlas en los bolsillos. El calor hace que las destapemos totalmente y las mostremos como carta de presentación. Ellas son quienes acarician, saludan o dicen adiós, cogen a alguien y ayudan a abrazar. En ellas se refleja todo nuestro cuidado y también el paso del tiempo. Saber tratarlas, es tener en cuenta una serie de puntos que se convertirán en nuestra ventaja.
Los enemigos de nuestras manos
Son varias las cosas que nos pueden perjudicar la apariencia de nuestras manos, su piel y tacto. La edad y con ella, las hormonas, desde luego harán que con el tiempo marchiten, pero los agentes externos como el agua fría, el agua caliente, los productos químicos, el sol y demás agentes climáticos, pueden hacerlas empeorar. Desde manchas, cambios en el tono de su piel hasta incluso arrugas, son los resultados de todos estos enemigos que acechan si no sabemos cuidarlas.
La protección, insustituible
Aunque creas que es lo menos importante, no es así. Debes acostumbrarte a utilizar guantes cuando vayas a usar tus manos, ya sea en limpiezas con productos o únicamente con agua, lo mismo da fría o caliente. Evitarás el contacto de la piel de tus manos con cualquier tipo de agentes químicos, y evitarás resecamientos con el agua. Otro dato sumamente importante es protegerla del sol. No te andes por las ramas, y utiliza una factor alto cuando llegue el buen tiempo. Las manchas solares no son nada agradables, y aparecen con la exposición al sol. Recuerda al conducir sobre todo en verano, utilizar guantes sin dedos, hará que tu exposición solar sea menor para esa zona de tu cuerpo.
Exfoliación e hidratación
Existen exfoliantes apropiados para las manos, estas también requieren de vez en cuando la eliminación de las células muertas, ya que afean y se ven menos suaves y limpias. Busca uno suave a base de hueso de melocotón, y realízalo una vez cada semana, notarás los efectos.
Y por supuesto, hidrátalas, a diario y con una crema cargada de agentes que hidraten en profundidad, sobre todo tras los lavados. Una vez a las semana, emvadúrnalas de vaselina, y mételas en guantes de plástico durante un par de horas mientras ves la tele, o unos que guardes en exclusividad para esto. Te dejarán unas manos para que luzcas, casi perfectas.