Hay identidades olfativas que un mortal común nunca olvida, sea hombre o mujer. Eso es lo que suele ocurrir a quienes tienen la suerte de cruzarse o encontrarse, aunque sea durante unos segundos, con quien luzca este perfume, Rochas Man. Rochas lo incluyó en su catálogo de aromas hace más de quince años, y todavía tiene mucho que demostrar.
Una nueva forma de vivir la vida
En el año 1999 aparecía esta fragancia, finalizando una década donde el hombre y la mujer reajustaban sus roles, cuando las féminas ya no eran vistas como pasivas, ni los hombres tan impetuosos. Los buenos perfumes originales, nacen de las tendencias generacionales y sus pulsiones, dando pie a personajes y protagonistas dispuestos a dejar huella en este mundo.
El hombre que se identifica mayormente con Rochas Man, es sobre todas la cosas, muy peculiar, original y en muchos casos pionero en su forma de vivir la vida. No teme al ridículo, pues sabe de su innata elegancia y clase que está preparada para lucir diferentes tipos de estilos de moda clásica, con detalles de las últimas tendencias a la vez. Su seguridad natural, no le deja camino para ningún tipo de dudas, sobre todo, para mostrar su gran sensibilidad.
Los envases suelen decirnos a quienes están dirigidos los perfumes, y si nos fijamos en el de Rochas Man, veremos un artefacto con pinta futurista, cuya caja es de color fucsia fuerte. Esto hace que esté indicado a hombres singulares que se llevan bien con todos y le dan a lo cotidiano un punto creativo.
Signos olfativos
Las notas olfativas que sentimos en Rochas Man, van contraponiéndose… Oscilan entre dulce y salado. Sereno y picante o chispeante. Fresco o intenso…
Lavanda, hojas verdes y bergamota como salida. Jazmín, cedro, lirio de los valles, frambuesa y capuchino, de corazón. De fondo, sándalo-pachuli, con ámbar-vainilla.
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