La exfoliación es considerada una de las técnicas más importantes que se realiza para resolver ciertos problemas de la piel, así como para lograr una piel sana y brillante.
En pocas palabras, la exfoliación es el proceso de eliminación de la capa externa de células muertas que se aferran a la piel. Si las células muertas de la piel se acumulan sin ser eliminadas a través de la exfoliación, pueden hacer que la piel se seque y aparezcan signos de envejecimiento. Las células muertas de la piel se desprenden de forma natural, pero la exfoliación acelera el proceso y asegura que la piel nueva esté más suave. Además, la exfoliación aumenta la capacidad de las piel para absorber otros productos como cremas hidratantes que pueden mejorar aún más la apariencia.
Es importante utilizar un exfoliante suave. En concreto, uno que contenga partículas finas y suaves. Los exfoliantes con partículas de mayor tamaño nos pueden hacer más daño que bien. La mayoría de marcas de cuidado de la piel ofrecen exfoliantes diseñados específicamente para su uso en la cara. A menudo, estas partículas se combinan con otros ingredientes nutritivos que ayudan a hidratar y nutrir la piel.