Las cejas enmarcan los ojos, dan fuerza a la mirada y rejuvenecen la expresión . Consigue con la ayuda de estos consejos y una simples pinzas lo que ni el mejor maquillaje del mercado es capaz de lograr.
Más guapa, más sexy y más joven
Las cejas finas y angulosas están cediendo el paso a las cejas espesas que trazan un arco suave y natural. Descubre la forma de cejas que más te favorece porque, si bien es cierto que las modas van y vienen, tus facciones no cambian.
Cejas espesas: atraen toda la atención hacia los ojos. Si son muy expresivos o los tienes de un bonito color, déjatelas un pelín más anchas. Las cejas tupidas y bien definidas denotan que eres una mujer con carácter, pero sensual.
Cejas finas: dulcifican la mirada y, al despejar la zona, consiguen engrandecer los ojos y rejuvenecer la expresión. Con estas cejas, las mujeres maduras rejuvenecen como por arte de magia y las de rostro estrecho o anguloso logran unas facciones más armoniosas.
Cejas rectas: las cejas largas, rectas y tupidas crean una línea que, visualmente, reduce la amplitud del rostro. Por eso sientan de maravilla a las mujeres de óvalo redondeado.
Cejas arqueadas: son clave en mujeres de cara rectangular. Si tu rostro es más bien triangular, limítate a afinar los extremos de las cejas. Aunque las cejas de arco pronunciado restan años, no abuses de este recurso, ya que corres el riesgo de adquirir un semblante enojado. Peinarte las cejas en dirección ascendente da mejores resultados.
Cejas perfectas sin salir de casa
La prueba del lápiz: para lograr la proporción perfecta, coge un lápiz y mírate al espejo. Primero, coloca el lápiz recto junto al lagrimal.
El punto de intersección entre la ceja y el lápiz marca el lugar donde debe empezar la ceja.
El punto más alto del arco te lo marcará el lápiz, después de colocarlo recto en el borde exterior del iris (el área coloreada).
Ahora coloca el lápiz en diagonal desde la base de la nariz hasta el ángulo externo de ojo. La ceja debe finalizar donde se junta el lápiz con la ceja.
Da forma a tus cejas
A por las pinzas. Escoge unas pinzas afiladas de punta en diagonal y arranca con ella los pelos en el sentido en que crecen, sujetando la piel en la dirección inversa. Depila una hilera de pelitos o, a lo sumo, dos, únicamente de la línea inferior de las cejas. Si no estás convencida, acude a un experto. Una vez conseguida la forma deseada, te será fácil repasar las cejas en casa.
Cera. Sólo se recomienda cuando las cejas son muy pobladas. Si te duele, entumece la piel con un cubito de hielo envuelto en plástico.
¿Son rebeldes? Suavízalas cada noche con vaselina y péinalas a la mañana siguiente con un pincel especial para cejas (o un cepillo de dientes) al que habrás rociado laca o gel fijador. También puedes emplear rímel transparente.
Si son poco pobladas, cortas o asimétricas. Utiliza un lápiz para cejas de un tono superior al del vello y, para que queden más tupidas, recurre a un truco con el que tu mirada ganará fuerza: rellena las cejas con sombra de ojos. Si te ha dejado de crecer el vello porque has abusado de las pinzas, existen preparados que, aplicados a diario, ayudan a repoblar los pelitos de la zona.
En manos expertas
Tinte de cejas. Variar el color del vello de las cejas (y de las pestañas) con tintes específicos para esta zona es posible. No obstante, piensa que una ceja demasiado oscura endurece las facciones y una excesivamente clara te hará perder carisma. Nuestro consejo es que no las aclares más de dos tonos y que te las retoquen mensualmente para que no se noten las raíces.
Cejas micropigmentadas. Con esta técnica, se pueden alargar las cejas (cuando son cortas, los ojos se ven más pequeños), espesarlas y corregir los claros. La naturalidad del resultado depende de una acertada elección del color y de la pericia del especialista.
“Lifting” de cejas. Mediante una pequeña intervención , que requiere dar un solo punto (que queda camuflado bajo el cabello), se levanta el párpado superior, lo que alegra y rejuvenece la mirada de forma espectacular.