Todo lo que envuelve al mundo de las fragancias es sugerente de conocer y además importante para que tus resultados con el perfume que elijas sean los más agradables. El perfume como cualquier sustancia hecha con materias primas, tienen caducidad en el tiempo, y además no a todas las pieles les provoca el mismo aroma.
Casi todas las mujeres tienen una forma personal de ponerse el perfume , pero conocer sus características o cualidades, harán que de este, saques mejor partido.
No nos echemos en exceso
Cuando usamos con frecuencia un perfume, nuestra mente “deja de prestarle atención”, y no lo detecta, eso en ocasiones hace que abusemos de él, y nos pongamos demasiado, afectando realmente a la pituitaria de los que nos rodean. Con el perfume hay que ser cautelosas, y poner poco, la medida para ello son las gotas.
Las mejores zonas para ponerlo
Hay zonas donde el perfume hace su efecto sin afectar a nada de lo que llevemos. Esto es, la ropa, joyas… Nunca sobre estos objetos, ya que algunos de los ingredientes podrían mancharnos las prendas o incluso cambiar el color de la bisutería.
Lo mejor es que pongas una gota en cada zona donde sintamos nuestro pulso; en las muñecas, tras los codos, detrás los oídos, detrás de las rodillas y alguna en la nuca. En estas zonas el latido es más notorio, esto hace que la temperatura corporal sea más caliente, y además, están más aireadas por los gestos y movimientos, para así extender sus efluvios.
Preparar nuestra piel para recibirlo
Para que se adhiera mucho mejor en nuestro cuerpo, lo ideal e imprescindible es que lo hidratemos bien. La piel seca no retiene demasiado el perfume, y este sin fijación se evaporará de modo rápido. Si deseamos que el perfume sea más duradero, lo mejor es no mezclar olores y para ello recomendamos que la misma identidad perfumativa que uses, la tengas también en crema corporal. De este modo es como mejor nos impregnaremos de nuestra fragancia de modo natural y sin molestias con otros matices.
Importante su conservación
Aunque sean duraderos, no son eternos, y si apreciamos mucho el perfume y solo lo utilizamos en contadas ocasiones, lo ideal es que lo resguardes del sol y de la luz ya que les afecta. Déjalo en el interior de su caja, en un lugar oscuro y seco para que mantenga cada una de sus propiedades olfativas sin perder ningún matiz. Los perfumes son muy sensibles, y basta para que un solo tono olfativo varíe para que el aroma ya no sea el mismo.
